Hoy me apetecía sorprender con una pizza para la cena, pero no tenía ni idea de qué hacerla... Así que he rebuscado por la nevera, he ido recolectando ingredientes y ha salido esta maravilla que seguro repetiré más de una vez.
INGREDIENTES:
- Masa casera para pizza.
- Dos pechugas de pollo.
- Tres yemas de huevo.
- 1/2 Cebolla.
- Una cucharadita de mantequilla.
- 200ml de nata líquida para cocinar.
- Queso en polvo.
- Queso rallado (yo he usado emmental).
- Tranchetes (5 o 6, para rellenar los bordes).
- Sal y pimienta.
- Romero.
TIEMPO: 25min + 30min. de preparación de la masa.
PREPARACIÓN:
Primero, prepara la masa para la pizza (la receta aquí). Cuando haya reposado, espolvorea con maizena la superficie de trabajo y estira la masa con el rodillo. Colócala sobre la bandeja o placa donde vayas a cocinarla, y rellena los bordes con el queso en tranchetes.
Pon a precalentar el horno a 200ºC. Corta el pollo en trozos y ponlo en la sartén con un poco de aceite de oliva, sal, pimienta y un poco de romero. Saltéalo sin hacerlo demasiado, para que al meterlo al horno no quede seco. Reserva el pollo hecho.
En la misma sartén, añade una cucharadita de mantequilla y pocha la cebolla picada. Una vez pochada, añade la nata y un poco de sal y pimienta. Cocina a fuego medio, y cuando empiece a espesar, añade una yema de huevo batida. Remueve y sigue cocinando hasta que espese un poco más, lo suficiente para que al ponerlo en la base de la pizza no se "desparrame".
Espolvorea la base con queso en polvo y vierte la nata repartiéndola bien por toda la pizza.
Agrega los trozos de pollo que teníamos reservados, y si han soltado caldo añádelo también.
Cubre con el queso rallado, espolvorea con romero y añade las otras dos yemas que faltan batidas.
Hornea a 190º-200ºC durante 15 o 20 minutos, hasta que se dore y la masa quede bien hecha y crujiente. ¡A disfrutarla!
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