¿Qué es lo mejor para relajarse y tener un momento de paz y tranquilidad en el que poder olvidarse de todo? Pues ya os lo digo yo... ¡cocinar! :D sobre todo si son estas galletas. Y doble felicidad cuando ves a la gente a la que quieres disfrutar de ellas...
Para la masa de galletas:
- Mantequilla a temperatura ambiente (230gr).
- Azúcar (150gr).
- Chocolate negro de cobertura (220gr).
- Harina (220gr).
- Sal (5gr).
- Levadura en polvo (una cucharadita).
- Extracto de vainilla (una cucharada sopera).
- Un huevo.
- Cacao en polvo (95gr).
Para el glaseado:
- Mantequilla (75gr).
- 2 Cucharadas soperas de leche.
- Extracto de vainilla (una cucharada sopera).
- Azúcar glass (225gr).
PREPARACIÓN:
Primero prepararemos la masa para las galletas. Funde el chocolate troceado al baño maría y deja que temple un poco. Mientras tanto, en un bol mezcla la mantequilla en pomada con el azúcar, hasta que forme una crema. Añade el chocolate fundido y mezclalo todo bien.
En un bol aparte, mezcla la sal, la levadura y el cacao en polvo con la harina. Añádelo a la mezcla de chocolate y mantequilla. Agrega el huevo y el extracto de vainilla y mezcla todo bien con las varillas hasta formar la masa.
Cubre con papel film y refrigera al menos 4 horas, o de un día para otro. Pon un papel de horno en una bandeja, y con la ayuda de dos cucharas metálicas, haz bolitas pequeñas con la masa (ten en cuenta que en el horno crecerán) y ponlas sobre la bandeja. Evita manipularlas demasiado y colócalas bastante separadas una de otra, para evitar que se peguen entre ellas.
Hornéalas a 180º-190ºC en el horno precalentado durante 10 minutos aproximadamente y déjalas enfriar en una rejilla. Importante: Cuando saques las galletas del horno éstas no deben estar completamente duras (sino se os quemarán) se endurecen completamente al enfriarse.
Mientras se enfrían, prepara el glaseado. En un bol grande bate la mantequilla con las varillas hasta conseguir una textura suave.
Añade la leche, el extracto de vainilla y la mitad del azúcar glass tamizado y sigue batiendo. Incorpora el resto del azúcar y bátelo unos minutos más, hasta que quede una mezcla suave, consistente pero ligera.
Unta las galletas con el glaseado, y no aprietes demasiado al poner la otra galleta encima para que la crema no se salga por los lados.
Deja que reposen unas dos horas antes de servirlas, para que se endurezca un poco el glaseado.. y ¡ya puedes disfrutarlas!.
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